Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en los países desarrollados. Según los últimos datos publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2015 murieron 17,7 millones de personas por alguna patología relacionada con la salud cardiovascular.
La Fundación Española del Corazón (FEC) recuerda que en nuestro país las enfermedades cardiovasculares también son la primera causa de muerte, por delante del cáncer y las enfermedades respiratorias, y suponen el 31,2% de todas las muertes.
Los infartos de miocardio y el ictus son las principales causas de mortalidad, y el 90% de los casos están relacionados con factores de riesgo prevenibles, como la hipertensión, el colesterol, la diabetes, la obesidad o el tabaquismo.
Cómo ayudar a prevenir un infarto
Normalmente, el riesgo cardiovascular está asociado a varios factores. A continuación te damos algunas claves que te ayudarán a cuidar tu corazón y a prevenir enfermedades cardiovasculares.
Evitar el sedentarismo
La práctica de ejercicio físico de intensidad moderada es clave para prevenir el sobrepeso, la obesidad y la obesidad abdominal, factores de riesgo cardiovascular. La obesidad abdominal es considerada la más peligrosa, ya que el exceso de grasa se acumula alrededor de distintos órganos, como el hígado. Lo más recomendable para evitar su aparición es mantenerse por debajo de los 102 cm de cintura en el caso de los hombres, y por debajo de los 88 cm en el caso de las mujeres.
En caso de que no practiques ejercicio físico de manera regular, lo ideal es caminar entre 30 y 60 minutos diarios, al menos 5 días por semana. Y recuerda que el Índice de Masa Corporal (IMC) te permitirá saber si estás en tu peso normal, o si padeces sobrepeso u obesidad.
Dieta equilibrada
La clave para evitar la obesidad es llevar una alimentación equilibrada que incluya alimentos frescos, verduras, frutas, cereales y pescados. Pero además también es importante reducir el consumo de sal, grasas saturadas y azucares.
Una dieta equilibrada también nos ayudará a controlar los niveles de colesterol y mantenerlos en los límites aconsejados, menos de 200 mg/dl para el colesterol LDL. Así conseguiremos evitar que se formen placas en las paredes de las arterias y reducir el riesgo de infarto.
Controlar el nivel de glucosa y la presión arterial
La diabetes y la hipertensión también suponen un riesgo cardiovascular, por eso es importante controlar el nivel de azúcar en sangre y la presión arterial. Un buen tratamiento y control de ambas patologías nos ayudarán a reducir el riesgo de las enfermedades cardíacas y cerebrovasculares.
No fumar
El tabaquismo es otra de las causas más importantes que afectan al sistema cardiovascular y contribuyen al riesgo de infarto. Dejar de fumar no solo ayuda a reducir la tasa de mortalidad, sino que además reduce el riesgo de infarto de miocardio y de muerte súbita.
Además de estos factores, nuestro estilo de vida actual, el estrés, la apnea del sueño, la contaminación o el consumo de drogas también son factores que están relacionados con el riesgo cardiovascular y que se pueden prevenir.