Los desfibriladores en los espacios públicos son fundamentales para evitar una muerte súbita. Después de una parada cardíaca, cada minuto cuenta. Instalar un desfibrilador en un lugar por el que cada día pasan tantos jóvenes y adultos como un centro escolar, colegios, institutos, universidades, centros de formación o academia puede ser la clave para salvar vidas.
Aunque parezca que los niños y jóvenes estén exentos de sufrir posibles problemas de corazón, en el contexto de la intensa actividad diaria de los centros escolares los estudiantes pueden sufrir un fuerte golpe o una circunstancia imprevista que haga necesaria la reanimación de emergencia.
Disponer de un desfibrilador en buenas condiciones de funcionamiento, en un lugar visible y accesible junto con una adecuada formación convertirá el centro educativo en un espacio cardioprotegido para alumnos y profesores.
Colegios cardioprotegidos
Con la implantación del desfibrilador se podrían llegar a salvar más de 40.000 vidas al año, debido a la facilidad de uso de estos dispositivos, y a que el espacio cardioprotegido está a disposición de todas las víctimas que necesiten ser atendidas hasta que lleguen los servicios de emergencia.
No existe una normativa de cardioprotección conjunta y homogénea a nivel nacional que obligue a todos los colegios a equipar sus instalaciones con estos equipos para salvar vidas, sino que corresponde a cada una de las autonomías la legislación de los mismos y la implantación de la obligación de instalarlos en los centros educativos.
Hoy en día existe una legislatura en varias comunidades autónomas que obliga a disponer de desfibriladores en colegios con el objetivo de socorrer a los niños que sufran una parada cardíaca con la máxima inmediatez posible dentro de los primeros cinco minutos.
En el caso de Cataluña, debe haber uno o más desfibriladores en perfectas condiciones en centros educativos con más de 1.000 personas diarias. Antes de usar el desfibrilador hay que llamar al 112 y finalmente es necesario disponer de cursos de reanimación cardiopulmonar y uso del aparato.
Ventajas de los desfibriladores
Los desfibriladores han avanzado al mismo ritmo que las tecnologías y cada vez cuentan con más ventajas. El propio aparato es quien se encarga de analizar el ritmo cardiaco de la víctima e indica si es necesaria o no la aplicación de una descarga eléctrica.
Estos avances hacen que cualquier persona pueda y sepa usarlo sin haber realizado ningún curso o sin tener nociones sobre ello. Solo hay que seguir las instrucciones que vienen en el propio desfibrilador. Contienen electrodos adhesivos que facilitan su uso y el ritmo cardiaco analizado queda a disposición del servicio médico.
Las desfibrilaciones se realizan de forma segura, evitando que la persona que las recibe pueda sufrir daños y/o lesiones. A demás, en caso de ser necesario, se puede recibir ayuda telefónica de los servicios de emergencias para mayor seguridad.
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