Según el Estudio Cardioprotección en España 2016 solo el 30% de los españoles sabe realizar la reanimación cardiopulmonar o RCP.
El paro cardiaco mata alrededor de 30.000 personas en España cada año. La supervivencia se sitúa en torno al 5% pero podría aumentar al 15% si se practican las maniobras de RCP, y hasta el 30% si además hay un programa de desfibriladores. Esto significa entre 4.500 y 9.000 muertes menos al año sólo en nuestro país.
Existe la posibilidad de que en algún momento se presente la necesidad de realizar una reanimación cardiopulmonar y se debe conocer en que consiste y su procedimiento. La supervivencia de un paro cardiaco depende en gran medida de que se realicen una serie de accions encadenadas que pueden llevar a cabo las personas que hay alrededor de quien sufre el paro.
Pues bien, ¿Qué es un RCP básico?
Es un procedimiento de emergencia para salvar vidas que se realiza cuando alguien ha dejado de respirar o sufre un ataque cardiaco, en las que la respiración o los latidos del corazón de una persona se han detenido.
¿Cómo hacer una RCP de forma correcta?
Es importante reconocer si existe parada cardiorrespiratoria cuando alguien cae al suelo y no responde. En caso de no respirar o no tener pulso hay que iniciar una serie de pasos para verificar si la víctima está en parada cardiorrespiratoria.
Lo primero que hay que hacer es comprobar si la víctima está consciente. En caso afirmativo, la dejamos en la posición en la que la hemos encontrado y llamamos al 112. Esperaremos que lleguen los servicios de emergencias y la revalorizaremos continuamente. En caso de no responder, se coloca la persona tumbada de espaldas al suelo y abriremos la vía aérea utilizando la maniobra frente-mentón para verificar que no tenga nada que no le permita respirar.
En segundo término, nos fijaremos si hay movimientos torácicos, escucharemos si hace ruido al respirar o si notamos la respiración con la mejilla o la mano. Si respira con normalidad, continuaremos revalorizando la víctima puntualmente hasta que lleguen los servicios de emergencias. En caso de que no respire, llamaremos a los servicios de emergencias e indicaremos bien claro el lugar donde estamos y que estamos con una víctima de una posible parada cardiorrespiratoria.
Es indispensable que la sangre siga fluyendo por los órganos y se consigue mediante las compresiones torácicas. Hay que arrodillarse junto a la víctima con el fin de poder realizar una reanimación cardiopulmonar básica, colocaremos el talón de una de nuestras manos en el centro del pecho de la víctima y el talón de la otra mano sobre la primera y entrelazaremos los dedos. Finalmente, con un ritmo de 100 a 120 compresiones por minuto presionaremos el pecho de la víctima ininterrumpidamente. Si sigue con falta de reanimación cardiopulmonar, hay que continuar hasta notar signos de movimiento o hasta que el personal médico de urgencia tome el control. Si por el contrario sí que estás capacitado en reanimación cardiopulmonar, abre las vías respiratorias y proporciona respiración de rescate.
Finalmente, después de 30 compresiones se realizan 2 respiraciones de rescates en las que tenemos que ver cómo se infla el pecho para valorar que lo estamos haciendo correctamente.
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