El paro cardíaco súbito (PCS) a menudo sucede sin previo aviso, y cuando sucede, suele ser devastador. Cualquiera puede sufrir un paro cardíaco en cualquier momento y lugar.
El PCS puede afectar a cualquiera, independientemente de su edad, raza o sexo; el PCS puede afectar tanto a niños como a personas mayores.
La verdad pura y simple es que cada año casi seis millones de personas en el mundo sufren un PCS. Con una tasa de supervivencia de menos del cinco por ciento, el PCS causa más muertes que el cáncer de seno, el cáncer de pulmón, el SIDA y los accidentes cerebro-vasculares juntos. Por lo general, el PCS sucede repentinamente y sin aviso, y el 84 por ciento de los episodios de PCS sucede fuera de los centros de atención médica.
En caso de un PCS, el tiempo de respuesta es crítico. Un estudio de la American Heart Association muestra que por cada minuto que se atrasa el proceso de desfibrilación, las probabilidades de supervivencia de la víctima disminuyen entre siete y diez por ciento. Después de los 10 minutos, la tasa de supervivencia es nula. Tomando en cuenta que el tiempo de respuesta de las ambulancias es generalmente de más de 10 minutos, la mejor opción de supervivencia está en manos de las personas presentes.
Los desfibriladores externos automáticos (DEA) pueden ser utilizados por personas sin entrenamiento para mejorar las probabilidades de sobrevivir a un PCS hasta un 75% por medio de la aplicación de una descarga que puede salvar la vida del paciente durante los primeros minutos después del paro. En ocasiones se pueden encontrar estos dispositivos portátiles en lugares públicos, como centros comerciales, canchas de golf, empresas, aeropuertos, casinos, centros de convenciones, hoteles, instalaciones deportivas y escuelas. Sin embargo, los DEA todavía no están disponibles en todas partes.